Se ubica en la plaza de España desde 1904, en sustitución de la Fuente de Neptuno, que había perdido su función con la llegada del agua corriente.
La finalidad del nuevo monumento era perpetuar el recuerdo de los innumerables mártires y de los defensores aragoneses muertos durante la Guerra de la Independencia.
De esta manera se recuperaba la simbología tradicional del lugar: aquí se encontraba la Cruz del Coso en memoria de los cristianos martirizados, hasta que fue destruida durante los Sitios.
La parte arquitectónica la diseña Ricardo Magdalena y el conjunto escultórico es obra de Agustín Querol.
El tema principal es un ángel que sostiene a un aragonés herido mientras señala hacia el cielo; tras el grupo, una cruz evoca la citada Cruz del Coso. En la zona inferior del pedestal se sitúa la figura de una matrona símbolo de Zaragoza y el escudo de la ciudad.