Las tres cartujas aragonesas:
Nuestra Señora de las Fuentes (Huesca), Aula Dei (Zaragoza) y la Inmaculada Concepción o Cartuja Baja (Zaragoza), que fue la última de las creadas en España.

Tiene la suerte la ciudad de Zaragoza de contar con dos monasterios cartujanos, hecho bastante extraordinario ya que los cartujanos siempre tuvieron prevención a mantener dos fundaciones tan próximas por los problemas que se derivaban de la competencia entre ambas a la hora de encontrar vocaciones y benefactores y por el abastecimiento de pescado, alimento fundamental en la dieta del cartujo. La primera de estas cartujas es la de Aula Dei. Ubicada en un bello paraje en el barrio rural de Peñaflor y, como hemos visto, con origen vinculado a la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, fue fundada en el año 1563 por don Hernando de Aragón, Arzobispo de Zaragoza y nieto de los Reyes Católicos.

Desde el punto de vista artístico la cartuja de Aula Dei tiene una especial relevancia tanto por el enorme interés de su arquitectura como por el gran valor de las obras de arte que encierran sus muros. Su plano, que se debe al trabajo de dos de los más renombrados arquitectos de Zaragoza del siglo XVI, Martín Miteça y Miguel Riglos, supuso una auténtica novedad en el contexto de las cartujas españolas.

De sus alzados, sin duda destaca la dependencia más importante, corazón de la cartuja, que es la iglesia, magnífico ejemplo de la arquitectura de tradición gótica del siglo XVI, de nave única, transepto biselado y cubierta de bóvedas de crucería estrelladas, ornamentadas con espléndidas claves de madera dorada. En este templo puede contemplarse, además, la suntuosa portada ornada con exuberantes yeserías barrocas, obra del siglo XVIII, realizada por el taller de José y Manuel Ramírez de Arellano; su retablo mayor, barroco del siglo XVIII, atribuido a Manuel Ramírez de Arellano; y, sobre todo, las bellísimas pinturas murales al óleo, de rico colorido y pincelada suelta, de Francisco de Goya. Este genial pintor aragonés realizó, hacia 1774, un total de once obras para la cartuja, de las cuales se han conservado siete: San Joaquín y Santa Ana, el Nacimiento de la Virgen, los Desposorios, la Visitación, la Circuncisión, la Epifanía y la Presentación en el Templo. Las restantes cuatro pinturas perdidas fueron sustituidas por otras tantas efectuadas en 1903 por los pintores franceses Paul y Amadée Buffet.

 
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