LA
TRADICION DEL PILAR
Según
una venerable y antiquísima tradición, la Virgen María,
cuando todavía moraba en Jerusalén antes de su gloriosa
Asunción a los cielos, vino a Zaragoza a consolar y animar al Apóstol
Santiago. Este se encontraba, con los primeros convertidos, a las orillas
del río Ebro, predicando el Evangelio. Desde tiempo inmemorial,
estos hechos se sitúan en la noche del 2 de enero del año
40 de la era cristiana.
Tres
son los rasgos peculiares que caracterizan esta tradición y la
distinguen de las otras:
- Se trata de una venida, no de una aparición de la Virgen.
- Otra característica de esta tradición es la Columna o
Pilar que la misma Señora trajo para que, sobre él, se construyera
la primera capilla, que de hecho, sería el primer Templo Mariano
de toda la Cristiandad.
- El tercer rasgo es la vinculación de la tradición pilarista
con la tradición jacobea. Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar
y Santiago, han constituido dos ejes fundamentales, en torno a los cuales
ha girado durante siglos la espiritualidad de la patria española.
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